Lee Para el Estudio de esta Semana: Jeremías 9; 10:1-15; Romanos 1:25; Jeremías 26; Hechos 17:30; 5:34-41.
Para Memorizar: “Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová” (Jer. 9:24).
La mayor parte del libro de Jeremías trata con los desafíos y las luchas que tuvo el profeta al tratar de conseguir que el pueblo escuchara las palabras que Dios estaba procurando trasmitirles por amor y preocupación por ellos.
Imagínate lo que habría sucedido si la gente hubiese escuchado a Jeremías, y hubiera aceptado la advertencia del profeta. Si hubiesen escuchado –si la gente, los reyes y los líderes se hubieran arrepentido y humillado ante Dios− la terrible crisis no habría ocurrido. La oportunidad para el arrepentimiento estaba ante ellos. Aun después de haber hecho tanto mal, cometido tantas equivocaciones, la puerta de la salvación estaba abierta; pero rehusaron entrar por ella.
Es muy fácil para nosotros hoy sacudir la cabeza ante la dureza de sus corazones. “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” (1 Cor. 10:11). Tenemos estos ejemplos ante nosotros; ¿qué aprendemos de ellos?
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